miércoles, 9 de diciembre de 2015

CINGLE DE LLEDÓ - DESPERTAFERRO

Hacía mucho tiempo que quería escalar en el Cingle de Lledó. De echo antes de que abrieran ninguna vía ya estuvimos allí, mirándolo y sacando fotografías. Una filtración fortuita, en mi casa, hizo que los franceses lo descubrieran antes de tiempo y abrieran un sinfín de itinerarios. Era una antigua cuenta pendiente. Por el momento únicamente existe una vía abierta por escaladores catalanes en la pared de enfrente y otra en el Cingle, propiamente dicho: la Despertaferro, que es la única opción equipada del lugar. Y a ella fuimos. Quedo con Llullu, que ya había tenido ocasión de probar las delicias francesas del lugar. También se nos suma Recep, un escalador Turco que pasa sus vacaciones escalando por aquí. Le conocía de mi primera estancia en el Aladaglar, ya que regenta el camping de allá y es el equipador de la mayoría de vías. La vía me pareció realmente buena y recomendable, con una roca magnífica y exótica a la vez: arenisca con agujeros y buena presa en general. Pocos tramos descompuestos y un recorrido aéreo y atrevido. Aunque se hace un poco corta, también resuelve bien un corto día invernal en el que no quieres acabar tarde. Un lugar perdido y salvaje dónde difícilmente coincidiremos con nadie más y disfrutaremos de la más absoluta tranquilidad. Descenso posible por la misma vía en rapel o por la banda contraria: un rapel y jabalinismos en busca el torrente y hacia la izquierda hasta llegar al camino de aproximación. Recomendable al 100%.

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