martes, 1 de septiembre de 2009

AGULLES DE COMALESTORRES: DENTROMETIDOS

Tras haber abierto las líneas más lógicas de la pared, que reseguían sistemas fisurados más o menos evidentes, se imponía comenzar la exploración de las placas. Vistas desde los itinerarios ya conocidos por nosotros, parecía que íbamos a disfrutar de lo lindo sobre un granito excepcional y, más o menos se veían formas sobresalientes que servirían como agarres. El único problema era que había que asegurarse de alguna manera y fisuras, lo que se dice fisuras, no se veían muchas. Las primeras que acometimos El Niño (José Soler) y yo mismo, fueron Las Cachifas y Dentrometidos. Todos los seguros fueron emplazados a mano y desde abajo, en la primera se utilizaron numerosos ganchos para poder soltarse de las dos manos y espitar. En la segunda el tema fue más variado: algún gancho, clavitos, nada.
Centrándonos ahora en esta última, estaba convencido de que saldría la mejor vía de Comalestorres, tanto por su trazado directo y estético como por la calidad de la roca, variedad de pasajes y aquella fisurita que atravesaba el pequeño techo de allí arriba. Resultó tal y como se preveía, la mejor (a mi gusto), cuyo título ostentaría durante muchos años, quizás la John Lee Hooker se lo dispute en la actualidad, pero casi no; diría que aún lo conserva.
El primer día de apertura fue el tonto. Llegamos a pie de vía y descubro que me había dejado el espitador, empezamos bien. Ya que estábamos ahí decidimos abrir el Pas de l’Osa, una larga chimenea por la que, previsiblemente, subiríamos sin ningún tornillo.
A la segunda ya traje todo el equipo de madelman completo y pudimos comenzarla. El segundo día, recuerdo ir a comenzar el último largo, ya de diedro a friends y ser completamente incapaz. Se me abrían los brazos y no podía subir un tramo de V+ suave. Tan reventado estaba de poner unos 16 spits a mano ese día que fui incapaz de salir de la role con un mínimo de dignidad. Así que decidimos rapelar toda la vía y bajar a descansar unos días. A la siguiente jornada aprovechamos para liberar los largos de placa y, ya más descansados y sin spitador, subir felices por el atlético diedro.
Al cabo de unos años, con Porta, hicimos un pequeño semi-reequipamiento de 4 vías de la aguja, colocando un parabolt extra en las roles y cambiando algunos clavos (que salían en invierno) por tornillo.
Los Dentrometidos era un grupo de punkis de Sant Feliu, dónde tocaba el Niño.





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